Un fin de semana en Angers es pasear por los callejones históricos de una ciudad con un patrimonio único y sorprendente, disfrutar de un paréntesis en plena naturaleza a la orilla del Maine o en la isla Saint-Aubin, catar grandes vinos en una terraza a la puesta de sol y dedicar tu tiempo a saborear cada instante. El arte de vivir angevino es una sensación que no se puede comprender si no se vive.
Día 1 : paseo por la ciudad
Para empezar bien un fin de semana angevino, descubre el monumento más emblemático de la ciudad: ¡el castillo de Angers! Cruza el puente levadizo y presenta en la recepción tu Angers City Pass para que tu viaje a través de la historia comience. Con sus 17 torres (ni más ni menos) y sus jardines franceses, esta fortaleza que domina el Maine con orgullo acoge un tesoro medieval único en el mundo e inscrito en el programa de Memoria del Mundo de la Unesco: el tapiz del Apocalipsis. Esta obra maestra mide más de 100 metros de largo y 4,5 metros de ancho, así que, un consejo: ¡abre bien los ojos! Antes de salir de allí, pasea por las murallas, las cuales ofrecen unas vistas fabulosas sobre el río y el pintoresco barrio de la Doutre, en la orilla opuesta.
En las inmediaciones de la fortaleza, podrás pasear por los callejones adoquinados de la ciudad histórica y descubrir unas encantadoras casas con entramados de madera que datan del siglo XV. Al salir de los callejones, haz una parada frente a la catedral de Saint-Maurice, un hermoso edificio del siglo XII de estilo gótico situado en lo alto de una imponente escalera, la montée Saint-Maurice. Muy cerca, en la antigua iglesia abacial de Toussaint, encontrarás el lugar más sorprendente de la ciudad: la galería David d’Angers. La luz natural que inunda la galería ensalza las obras del escultor David d’Angers. En cuanto a los muros de toba calcárea, combinan armoniosamente con el espíritu del lugar.
Ahora, hacia la place du Ralliement para hacer una pausa para comer. Situada en pleno corazón del centro de la ciudad, es un lugar activo y dinámico durante todo el día. ¡No te olvides de contemplar el Grand Théâtre del siglo XIX que domina orgullosamente la plaza! Sugerencia para los amantes del arte urbano: ¡mirad hacia arriba y sacad vuestra cámara de fotos! Un consejo para que no te pierdas ninguno de los lugares esenciales del centro de la ciudad: ¡sigue el Fil bleu!
Un fin de semana en Angers es descubrir un territorio vitícola famoso por la variedad y calidad de sus vinos*. Situada frente al castillo, la Maison des Vins d’Anjou et de Saumur sirve como escaparate del saber hacer de los viticultores de Anjou. Savennières, Coteaux-du-Layon, Cabernet d’Anjou… Saca partido de los consejos informados de los profesionales de la enología... ¡Conocen perfectamente el viñedo!
¿Qué te parece una comida suculenta en pareja? Sens, Autour d'un Cep... En Angers, un gran número de restaurantes ofrece una cocina local y responsable, así que tendrás para elegir. Una cena marcada por el refinamiento y la sencillez.
Día 2 : entre la ciudad y la naturaleza, ¡solo hay un paso!
Tras una noche plácida, un buen café y algunos cruasanes calientes, comienza la jornada con un paseo matinal por el jardín du Mail, situado en pleno centro de la ciudad más verde de Francia**. Pasea por las alamedas llenas de flores. Durante el recorrido, se irá dibujando el quiosco que confiere al jardín todo su encanto.
Pasar un fin de semana en Angers es degustar las especialidades locales que conforman las riquezas de la región, especialmente el Cointreau. Es un delicioso licor perfumado* a base de cáscara de naranja. Si te queda tiempo, puedes visitar la destilería Cointreau (por reserva), ubicada en Saint-Barthélemy-d’Anjou, al este de Angers. Pasea por la sala de los alambiques y observa cómo el barman domina a la perfección el arte del cóctel. La empresa Giffard, instalada en Avrillé, a pocos minutos de Angers, también es uno de los orgullos de los angevinos. Giffard, una marca conocida por su producción de licores* y siropes de varios sabores y colores, te invita a descubrir los secretos de su elaboración durante una vista. ¡Una experiencia sensorial que merece la pena!
Si quieres impregnarte aún más de la dulzura angevina, vuelve al centro histórico y dirígete hacia las orillas del Maine. Cruza el puente de Verdun y recorre el quai des Carmes. Pasea por los callejones medievales del encantador barrio de la Doutre y, después, continúa hasta la cale de la Savatte. Es un lugar ideal para instalarse en la hierba, hacer un pícnic y relajarse al sol. Luego, continúa tu periplo a lo largo del Maine y haz una parada en el parque Balzac, un refugio de vegetación de 50 hectáreas. Muy cerca del centro de la ciudad de Angers, dedica un momento de pausa para reconectar con la naturaleza... ¿Acaso hay algo mejor?
Termina la jornada en un lugar con unas vistas increíbles: el tejado del teatro Le Quai. ¡El panorama sobre el Maine y el castillo de Angers con los últimos rayos del sol es maravilloso! Prolonga este momento con una cena y una copa de vino en la terraza del restaurante La Réserve, el cual ofrece una cocina bistronómica que enamorará a tu paladar.
Día 3 : escapada verde por un entorno bucólico
Tras esta última noche en una cama mullida, ¡comienza la mañana dulcemente con un brunch formado por productos 100 % frescos y caseros en La Cour! Situado en pleno centro de la ciudad, este local es agradable y acogedor. Con una suave mezcla de dulce y salado, ¡llénate de vitaminas y dulzura para afrontar el día!
Antes de terminar este fin de semana largo, haz una última escapada por la naturaleza en la isla Saint-Aubin, situada a las puertas de Angers. Se puede acceder a este espacio único y protegido desde abril hasta octubre. No verás ningún vehículo en el horizonte, ya que la isla solo es accesible mediante un transbordador de cable, una experiencia insólita que confiere un carácter único y auténtico al lugar.
Una vez llegues a la isla, ¡relax garantizado! Ya sea a pie o en bicicleta, descubre el lugar a tu ritmo. Considerado paraje Natura 2000, este pequeño refugio de paz te invita a descubrir una fauna y una flora protegidas, a contemplar especies protegidas y a observar unos campos que se pierden en el horizonte... Como puedes ver, aquí, ¡la naturaleza es la reina y señora!
Esta estancia angevina ha llegado a su fin. Antes de coger el camino de vuelta, tómate un último tentempié en la terraza del chiringuito de Le Port de l’Ile. Disfruta durante un rato más de la dulzura angevina, ya que, después de haberla probado, ¡te resultará difícil dejarla atrás!
Si eres uno de los afortunados que todavía tiene tiempo por delante, prosigue con tu paseo y descubre los parajes naturales excepcionales que se encuentran en los alrededores de Angers. ¡Los Bajos Valles Angevinos, Les Ardoisières y los viñedos te reservan muchas sorpresas!
Selección de alojamientos para tu fin de semana en Angers:
Habitaciones de huéspedes, hoteles, alquileres vacacionales… ¡Escoge un refugio acogedor para el fin de semana!
Un lugar que no puedes perderte en Angers:
La Maison du Quernon d’Ardoise (22 rue des Lices), el origen del dulce que lleva su nombre. Es un crocante de almendra cuadrado y caramelizado con almendras y avellanas recubierto de chocolate azul pizarra. Esta especialidad local hace referencia a las pizarras que cubren muchos de los tejados de la región. Avisado quedas: ¡este dulce delicioso sabe a «tómate otro»!
Un consejo para visitar de un modo inteligente:
El Angers City Pass 72h es una manera práctica y económica de descubrir el patrimonio angevino, sus castillos y sus museos en un fin de semana y a solo 1 h 30 min de París. ¿Vas a visitar Angers en 24 h o 48 h? ¡Sin problema! Puedes elegir el Pass que mejor se adapte a la duración de tu estancia.
*EL ABUSO DEL ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD. CONSUMIR CON MODERACIÓN.
**Según el Observatoire des Villes vertes de France 2020 (observatorio de las ciudades verdes de Francia)