Descubre el Château d’Angers por la mañana
Empieza el día con el Château d’Angers, uno de los lugares más visitados de la ciudad.
Este castillo emblemático de la ciudad de Angers, también llamado el Castillo de los Duques de Anjou, alberga un tesoro fuera de lo común...
Tómate tu tiempo y fíjate en todos los detalles del Tapiz del Apocalipsis, una imponente colgadura medieval en la que se representa mediante imágenes el Apocalipsis de San Juan, último evangelio de la Biblia, a lo largo de un centenar de metros... ¡Ni más ni menos!
Antes de marcharte, tienes que recorrer las murallas: desde ellas disfrutarás de una vista magnífica sobre el castillo y la ciudad. Podrás ver el huerto del castillo con sus vides y plantas medicinales y aromáticas... ¡como en la Edad Media!
Cuando salgas del castillo, haz una parada en la Promenade du Bout du Monde y disfruta de una de las mejores vistas sobre la ciudad y el río.
Parada para comer en el corazón del casco histórico
Tras una mañana llena de descubrimientos, ¡no hay nada mejor que hacer una parada para comer! Para seguir inmersos en este ambiente medieval, te recomendamos la Crêperie du château, situada en pleno corazón del casco histórico de Angers. Esta crepería ofrece unas crepes saladas de calidad en un ambiente acogedor: nos encanta su chimenea en invierno y su pequeña terraza en verano. Además, el recibimiento siempre resulta acogedor y agradable. Sin embargo, ¡más te vale reservar porque los angevinos la adoran!
Paseos por las calles de Angers
Después de comer, sigue tu visita por Angers. A pocos metros del castillo, la Galerie David d’Angers expone con mucha luz las obras del escultor David d’Angers. Esta antigua abadía está recubierta con una cristalera en la que se combinan maravillosamente lo antiguo y lo contemporáneo... ¡Un lugar majestuoso! Justo al lado, y al abrigo de la agitación urbana, el jardín del Musée des Beaux-Arts es uno de los espacios favoritos de los angevinos. ¡Es el lugar perfecto para hacer una pequeña pausa!
Al salir del jardín estarás en el camino que lleva a la Place Saint-Eloi. Esta plaza es fácilmente reconocible por la estatua que la preside desde su centro, obra de Igor Mitoraj. Justo en frente, el Musée des Beaux-Arts; al otro lado de la plaza, la Tour Saint-Aubin, un vestigio de la antigua y poderosa abadía que llevaba este mismo nombre.
Continúa la ruta por la Rue Saint-Aubin, una de las calles más antiguas de la ciudad. Este sería un buen momento para ceder ante la llamada de los Caramandes, unos pequeños dulces de almendra y chocolate...
Muy cerca de allí, la Collégiale Saint-Martin te permitirá viajar a través de los siglos y de la historia del lugar. En ella podrás ver los vestigios de la iglesia, sarcófagos y cimientos.
Después, encuentro en el corazón de la ciudad de Angers
¡La Place du Ralliement es el punto de encuentro de todos los angevinos! Aprovecha la ocasión para admirar la imponente fachada del Grand-Théâtre, un magnífico teatro de estilo italiano y uno de los edificios angevinos más hermosos. El barrio, completamente peatonal, es ideal para ir de compras y para disfrutar de una bebida en una terraza.
Vuelve hacia el castillo haciendo una parada en la Place Sainte-Croix, una plaza pequeña y pintoresca en la que te espera la Maison d’Adam, una bonita casa con entramados. La Cathédrale Saint-Maurice se encuentra a pocos metros de allí. Una vez dentro, déjate llevar por la belleza del lugar y por las numerosas esculturas de madera, por las vidrieras y los tapices que decoran el edificio...
Si quieres, continúa el paseo por Doutre, el barrio que se encuentra al otro lado del Maine. Los hoteles particulares, las viviendas angevinas y las casas con paños de madera te conquistarán.
Termina bien el día saboreando un vino de Anjou en una de las vinotecas de Angers.