Descubre Savennières y sus laderas
Comienza el recorrido por la ciudad de Savennières, una comuna considerada «Petite cité de caractère» que alberga la iglesia románica más antigua de Anjou. En el territorio del viñedo de Savennières, representada actualmente por unos cuarenta viticultores, descubrirás vinos blancos reconocidos desde hace más de dos milenios.
Esta denominación, que tiene una elegancia inusual, ya ha recibido el reconocimiento de un gran gourmet: Curnonsky. Consideró que su mejor caldo, «la coulée de Serrant», es uno de los cinco mejores vinos blancos del mundo.
¿Te apetece aprender más sobre los vinos de Savennières? Conoce a los viticultores en sus propiedades, certificadas con el distintivo «Caves touristiques». Ofrecen visitas completas para conocer todos los secretos del célebre vino de Savennières, una de las denominaciones más prestigiosas de los viñedos del Loira.
A través de los paisajes de la cornisa angevina
Camina por la cornisa angevina, donde los paisajes y las praderas boscosas se mezclan con pueblos con carácter. En esta ruta del vino de Savennières y Le Layon encontrarás alrededor de cuarenta bodegas turísticas. Llama a cualquiera de sus puertas, deambula por entre las viñas y saborea alguno de sus vinos: Coteaux du Layon, Quart-de-Chaume, Bonnezeaux, o incluso Crémant de Loire…
Paseos en torno a Béhuard
Dirígete a continuación hacia Béhuard, considerada «Petite cité de caractère» y una de las pocas islas habitadas del Loira: se encuentra a pocos kilómetros de Angers, en el perímetro de Val de Loire considerado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Pasea por las calles de este pequeño pueblo y descubre Notre-Dame-de-Béhuard, una capilla que cuelga de un peñasco y que contribuye a su buen nombre. En los alrededores podrás admirar la diversidad de los paisajes del sotobosque, la ciénaga y las orillas todavía salvajes del Loira... Una bocanada de aire puro para los amantes de los paseos campestres y un lugar ideal para hacer una pequeña pausa.
Inmersión entre las viñas de Layon
Prosigue la ruta por la cornisa angevina. La Haie-Longue ofrece una magnífica panorámica sobre el viñedo de Le Layon. Si alargas esta escapada recorriendo los ondulados caminos terminarás llegando a Chaudefonds-sur-Layon, donde te esperan numerosas y hermosas propiedades vitícolas. Visita alguna de ellas y aprende más sobre sus vinos licorosos.
Haz una parada en el Musée de la vigne et du vin d’Anjou de Saint-Lambert-du-Lattay. Cerca de 10 000 objetos nos recuerdan la historia del viñedo angevino y los conocimientos de los viticultores. Cuando pases por Rablay-sur-Layon acércate a Thouarcé, un encantador pueblo de artistas.
Descubre las barracas de viña del Aubance
Sal y descubre las barracas de viña: antaño presentes en la mayoría de los viñedos, actualmente existen muy pocas. Estas pequeñas barracas servían para guardar las herramientas del viticultor y le permitían refugiarse cuando hacía un descanso. Quedaron abandonadas como consecuencia de la mecanización del campo, pero el pueblo de Vauchrétien ha restaurado algunas para ensalzar el patrimonio de los viñedos, como la des Tuloires o la de la Jambe aux Moines.
Antes de volver a Angers, no te pierdas el Château de Brissac, propiedad de la Familia De Cossé desde 1502: ¡sus numerosas estancias invitan a la exploración!