Si es amante de los bellos panoramas, Angers y sus alrededores es el lugar para usted. Ya sea en la ciudad, en las alturas del barrio medieval o en las laderas de los viñedos del sur de la ciudad, hay mucho por explorar. Puede hacerlo durante un paseo en bicicleta, una excursión o incluso simplemente al degustar un aperitivo en la terraza... ¡Aquí le mostramos algunas opciones que esperamos que despierten su curiosidad!
1- ¡Déjese guiar hasta el fin del mundo!
Pasando por delante del puente levadizo del castillo de Angers, el paseo «Bout du monde» (fin del mundo) es sin duda el lugar paisajístico más frecuentado por los turistas que descubren Anjou y por los mismos lugareños.
¿Visita a la familia? ¿A un amigo de paso? ¿Quiere dar un paseo a la hora del aperitivo? Diríjase a esta hermosa plaza que sigue el curso del foso del castillo de Angers y lo domina. Podrá pasear entre los adoquines, tomar un café en la terraza mientras admira las torres del castillo, reunirse para jugar una partida de petanca o sentarte en un banco...
Al final de la plaza, el camino termina en un mirador ideal para observar el Maine y su sucesión de puentes antiguos y nuevos. Enfrente, en la orilla derecha del río, se encuentra el lindo barrio de Doutre. A la izquierda, verá el parque Balzac y el guinguette Héron Carré, y frente a usted, el campanario de la iglesia de la Trinidad. A la derecha, al pie de las murallas, está el paseo Jean Turc, con sus grandes rosales en primavera y sus juegos infantiles. Ofrece una buena vista general de la ciudad.
2 - Atardecer en una azotea
Si le apetece, solo tiene que cruzar el río Maine hasta el teatro Le Quai y subir a su azotea para disfrutar de las vistas del castillo y la catedral. ¡Esta es LA azotea de Angers! Al atardecer, mientras se toma un cóctel en el bar-restaurante La Réserve, la vista de 180° es magnífica. El río Maine, el castillo de Angers y su camino para pasear, así como la catedral, adquieren tonalidades anaranjadas y luego rosadas: un espectáculo que cambia con el paso de los minutos. Y cuando cae la noche, iluminados por la luna y las estrellas, estos monumentos adquieren un aspecto aún más misterioso.
3 - Consiga la mejor vista, ¡literalmente!
Para obtener la vista más espectacular, tendrá que ir al parque Terra Botanica. En el aire, a 150 metros de altura, el globo de gas más grande del mundo ofrece a los visitantes una panorámica de 360° de los alrededores: el parque verde, por supuesto, pero también los bajos valles angevinos, la hermosa red de ríos que los alimentan, y la isla de Saint-Aubin... De pago y sujeto a los caprichos del tiempo, esta atracción ofrece una experiencia única, de abril a octubre, que combina la belleza del paisaje con un toque de aventura.
4 - Pausa con vistas en el mirador de la Piverdière
En los municipios de la aglomeración, otros puntos encaramados en las alturas permiten combinar un paseo por la naturaleza con un hermoso paisaje. A pocos kilómetros de Angers, siguiendo el río Maine en dirección a Nantes, el mirador de la Piverdière es uno de los lugares imprescindibles de la pequeña ciudad de Bouchemaine. En el corazón de un parque de siete hectáreas, varios miradores están abiertos a los domingueros o a los ciclistas que hacen una pausa en el ciclovía del Loira. Aquí descubrirá Angers y su catedral, con sus altas torres en punta. Allí verá los vastos prados inundados de La Baumette, que recorren el Maine en esta parte sur de los Basses vallées de Angers.
5 - Allá arriba, en las laderas
Al volver a bajar por el camino de tierra, un poco más allá de la confluencia donde el Maine desemboca en el Loira, el paisaje se transforma. Las laderas se erizan y se llenas de una lindas enredaderas con un encanto peculiar. Usted se encuentra en la Roche-aux-Moines en Savennières. Este mirador, a la vez denominación de origen vinícola y aldea, domina el Loira y los viñedos de la ladera. Desde sus alturas, se puede admirar la vista de la ’Île de Béhuard, rodeada por dos brazos del río, que también merece la pena visitar. ¿Y por qué no extender la visita con una degustación de vinos de Savennières, con los sabores característicos de su suelo esquistoso, en una de las fincas vecinas?
6 - ¡Una caminata hasta la cima!
Otro lugar y otros encantos por explorar. La Roche de Mûrs, en Mûrs-Érigné, es sin duda uno de los paisajes más sorprendentes de los alrededores de Angers. Un circuito de senderismo le permitirá disfrutar de un paseo muy agradable. Partiendo de Port Sablier, donde se extraía la arena de «Loira» en el siglo XIX, recorrerá primero el Louet en un entorno tranquilo y bucólico, al pie de este promontorio rocoso protegido. A continuación, tendrá que subir al mirador: ¡un pequeño esfuerzo que pronto olvidará ante el excepcional paisaje que nos ofrece el valle del Loira! Abajo, el verdor de los prados inundados del valle del Louet jala la vista, mientras que al fondo se ve la silueta urbana de Angers en el horizonte.
7 - Vistas espectaculares en la Baumette
Mucho más baja, pero con una vista igualmente hermosa del Maine y de la catedral de Angers en la distancia, la terraza del convento de la Baumette es otra opción dentro del abanico paisajístico de la zona. De propiedad privada, el convento y su capilla tallada en esquisto, fundados en 1452 por el propio rey Renato, son accesibles con ocasión de eventos específicos organizados durante el año. Tomar una copa de vino en la explanada con vistas al río, después de subir el tramo de escaleras por el que se llega al desembarcar en barco, es una experiencia que merece la pena probar.
8 - ¡No tan alto, pero muy hermoso!
En La Pointe, encantador barrio de Bouchemaine y antiguo pueblo de barqueros, la vista de la confluencia del Maine y el Loira tiene un innegable encanto bucólico, el mismo que sedujo a la burguesía angevina allá por el siglo XVII. Este camino sigue muy de cerca las orillas del Loira, bordeando magníficas mansiones y ofreciendo al mismo tiempo un hermoso panorama de la orilla opuesta y de la hierba alta que alberga una gran variedad de vida silvestre. Las aves acuáticas juegan al escondite, antes de lanzarse a cazar o pescar su presa.
El cielo, por su parte, colorea los reflejos del agua en mil tonos de azul, gris o naranja... Es algo mágico: ¡el paisaje cambia constantemente en función de los caprichos del cielo! Le recomendamos encarecidamente que se quede para ver la puesta de sol, mientras disfruta de una de las terrazas de la plaza Ruzebouc con vistas al Loira.
Bono adicional: un paseo por el camino cubierto del castillo
La visita al château d'Angers, bastión de los duques de Anjou, es una de las citas obligadas de cualquier escala en la ciudad del Loira. Desde el camino cubierto, que une las 17 imponentes torres bicolores, este paisaje único permite descubrir diferentes vistas de la ciudad, el Maine y el Doutre. ¡Una visita obligada!