Especialidades angevinas

Fouées

Descubre las especialidades de Angers y las recetas de Anjou.

Las especialidades culinarias de Anjou te transportarán a un viaje lleno de sabor

La dulzura angevina también pasa por la mesa: nos gusta generosa, auténtica y acogedora. En este país de tierras fértiles atravesadas por el Loira el sol provee. ¡Y los gourmets dan buena cuenta!

Para los comilones

Dicen que comerse un buen crémet d’Anjou es como saborear una nube. El crémet, una especialidad quesera que se obtiene batiendo nata y claras de huevo a punto de nieve, se combina con fresa, mirabel o manzana en función de la época del año.

También resulta imposible resistirse a un Quernon d’Ardoise. ¡Estos pequeños cuadrado de crocante de almendra y avellana caramelizados y cubiertos de chocolate azulado son unos dulces maravillosos! Los angevinos cultivan el arte culinario y la fama de los chocolateros de la ciudad es prueba de ello.

En esta misma línea están, los Caramandes, unos triángulos de almendras fileteadas, caramelizadas a la mantequilla salada y recubiertas de chocolate negro que... Qué podemos decir... ¡No puedes evitar caer! 

En la orilla

Luciopercas, anguilas o lucios recién sacados del Loira se degustan con beurre blanc o, por qué no, rellenos de acedera. Cuando hace buen tiempo nada supera a las "guinguettes" a la hora de disfrutar de las imprescindibles frituras de pescado al borde del agua.

Licores vintage

Cointreau, Menthe-Pastille, Guignolet, Triple Sec… Unos nombres evocadores, un aroma casi anticuado... ¡Puro vintage! Bueno... Así es hasta que los bármanes más de moda del planeta los combinan en cócteles. Pero en Anjou las destilerías están por encima de las modas y los alambiques mantienen en secreto sus fórmulas desde hace siglos. Una cuestión de tradición. Entre las estrellas de la región se encuentran dos bebidas reconocidas internacionalmente: el Cointreau, una mezcla sutil de cáscaras de naranjas dulces y amargas, y el Menthe pastille, un licor de menta blanca.

Detrás de los fogones

Nada de cosas superfluas o cursilerías en la cocina angevina. ¡Solo productos y recetas sencillos para conseguir el mejor ambiente posible! Los portobello son unos grandes champiñones de París que se cultivan en las canteras de toba de Saumurois. Se hacen a la parrilla al natural y se realzan con ajo. La "fouace", esos restos de masa de pan que en otros tiempos se tiraban dentro del horno mientras este se calentaba, se toman de picoteo antes o durante la comida. Nos encantan acompañados de "rillauds", unos pequeños trozos de panza de cerdo cocinados en un caldero.

¡Y por aquí la fruta y la verdura!

En esta tierra de abundancia los aprendices de cocina no tienen que ir muy lejos para llenar sus cestas. Los productos de la horticultura te desafían con su enorme diversidad en los mercados. Las estrellas de los puestos, las alcachofas de Coutures y los champiñones, rivalizan con las acederas y las chalotas «cuisse de poulet» (muslo de pollo). Una vez termina el invierno, la Doyenné de Comice (una pera 100 % made in Anjou) deja paso a las cerezas y a las reinas claudias. Estas últimas pueden disfrutarse a finales de verano en el famoso paté de ciruelas.

Para los gourmets

Hay una nueva generación de chefs que se divierte revisando los clásicos en las cocinas de los mejores restaurantes de Anjou. Estos apasionados del sabor, formados junto a los más grandes, envilecen sus cartas y sacuden las papilas gustativas con su talento. Desde el Lait Thym Sel, la gastronomía angevina contemporánea tiene un refinamiento y una inventiva dignas de una estrella Michelin (Lait Thym Sel está cerrado temporalmente antes de una mudanza en el otoño de 2023).